Declarada como Reserva Natural de la Biósfera, su riqueza de flora y fauna es el marco perfecto para disfrutar del paisaje turquesa de sus aguas.
Originadas en la unión de los ríos Otulún, Shumuljá y Tuliná, las cascadas de agua azul son piscinas naturales creadas a lo largo de cauce, labradas en la roca por el correr del agua. Si el visitante es intrépido y con un poco más de esfuerzo se puede acceder a caídas de agua de impresionante belleza de hasta 6 metros de altura. ¡No olvides llevar tu cámara a este lugar alucinante a la vista!